¡Que fracaso!
Ayer nos juntamos en casa de Alex, para dar el último toque a los coches. ¿En que consistía esto? Habíamos leído por Internet, relatos de viajeros que hicieron la ruta 40 en algún momento. Todos ven como principal problema los tramos de caminos con ripio. Por lo cual recolectamos muchos consejos. Entre tantos, algunos hablaban de un producto (a base de poliestireno) en aerosol, para recubrir los tanques de nafta. Es como una espuma que al secarse forma algo similar a un “tergopol” y la recomiendan como lo mejor para los caminos de ripio. Este producto es sumamente tóxico al contacto con la piel, a la inhalación de los vapores, inflamable y mejor que no te entre en los ojos….
Dijimos que lo mejor era conseguir una fosa de mecánico y hacerlo colocar allí, por un técnico provisto de una máscara. Nadie nos lo quiso hacer. Tampoco conseguimos alquilar una fosa.
Conclusión que nuestros “muchachos” se decidieron a intentarlo ellos mismos. Por lo cual se proveyeron de máscara, antiparras, guantes, los dos criques de los coches y mucha buena voluntad.
Para aplicar el aerosol, según instrucciones previamente había que mojar con agua la zona a recubrir.
Los tres se pusieron manos a la obra con uno de los dos coches, mientras las mujeres nos fuimos a tomar mate con torta y allí quedaron ellos.
El intrépido que decidió tirarse bajo el coche fue Alex. Los otros dos actuaban de ayudantes y consejeros. Uds. saben que aconsejar siempre es necesario.
Cada tanto yo, que estaba tomando mate con las chicas, salía a la calle con la cámara, a ver que tal iba todo.
¡¡Un desastre!! ¡Fracaso total!
El aerosol está preparado para manipularlo de costado o desde arriba, pero no de abajo hacía arriba. Por lo cual la espuma no quedaba pegada al tanque. Alex incluso probó colocarla primero sobre una madera y luego rebatir a esta con la carga sobre la superficie del tanque. Nada.
Eso si, Alex consiguió una depilación definitiva de los pelitos de ambos brazos y aunque algunos trocitos de piel acompañando.
Nueva asamblea. Una de dos, o vamos por el ripio con los tanques así, o con suerte en algún lugar de la extensa ruta 3, conseguimos un taller que nos ponga una pollerita de goma para preservar los tanques de nafta, tal cual hacen los camioneros.
Tanta tarea nos dio hambre, así que Moni y Alex nos invitaron a una raclette. Especialidad que preparó Alex.
Según esta cronista pudo observar, Alex, se desempeñó mucho mejor como cocinero, que como componedor de protectores anti-ripio. ¡¡La raclette estuvo exquisita!!
Yo no se si el viaje por la Ruta 40 va a ser un éxito o que, pero que si seguimos así con los preparativos, los seis componentes de este tour van a subir bastante de peso.
"La raclette (en femenino) es un plato tradicional valaisano, Suiza, que por su carácter sociable se ha extendido a muchos países. Tradicionalmente, se derretía el queso acercándolo a una fuente de calor como un horno o brasas. Hoy en día, es consumido entre amigos alrededor de una parrilla eléctrica llamada raclette. El queso se sirve fundido con papas cocidas o con embutidos".
La versión argentina es con carne y si es posible una carne tierna (colita de cuadril, lomo, etc.) acompañada de muchas verduras en ensaladas y por supuesto el queso para derretir.