Una reflexión personal
Hoy hace 20 días que estamos viajando juntos. Llueve y estamos en una confortable cabaña a la orilla del Lago Aluminé, en Villa Pehuenia.
La convivencia hasta hoy, de 6 adultos mayores agrupados en 3 matrimonios, fue bastante buena.
¿Diferencias en el grupo? Por supuesto las hay. Sobre todo cuando alguien quiere ir por un lado y otros por el opuesto. Pero hasta el momento, con mucha flexibilidad por parte de todos, venimos sorteando los inconvenientes sin pelearnos. Y eso que a la noche los muchachos juegan al “Tute Cabrero” y se pelean bastante, ya que nadie quiere ser perdedor.
Algo que a todos nos pone un tanto irritables, es el “Ripio”. Ya sea porque los coches son bajos, porque el ripio nos cansa más, o simplemente porque de los casi 6700 km recorridos, unos 600 fueron de ripio. A veces a mucha altura y con precipicios a los costados. También es cierto que para ir a algunos lugares muy lindos que están fuera de la Ruta 40, hay que hacer ripio o de lo contrario no se pueden conocer, como ejemplo: La Cueva de las manos.
Mucha gente se sorprende, cuando se enteran que venimos desde hace 20 días viajando juntos en dos autos, del recorrido que estamos realizando, etc. Eso nos alegra, pues nos dicen cosas lindas. Por ej. nos pasó en Villa Traful, que un matrimonio joven nos observaba en la orilla del lago, mientras hacíamos un alto para comer y nos dijeron: “ como les gustaría a ellos, que cuando llegaran a nuestra edad, pudieran tener un grupo de amigos así para hacer viajes”.
Otra: El hijo de una pareja de nuestra edad, comentó “que a sus padres les encantaría viajar como lo hacemos nosotros, pero no encuentran amigos para ello”
Pero todo tiene un fin y hoy como llueve mucho, hicimos una reunión general con mapas en la mesa y comenzamos a evaluar como distribuimos los últimos días que nos quedan de recorrido, ya que antes de fin de mes debemos retornar cada cual a lo suyo.
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